El Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha elaborado un informe especial sobre Degradación de las Tierras y su relación con el calentamiento global.
Este informe, que trata sobre la desertificación, la degradación de las tierras y a seguridad alimentaria, se presentó este 8 de agosto en la sede de la Organización Meteorológica Mundial.
En la elaboración del documento participaron 107 científicos de 52 países, más de la mitad de ellos, países en desarrollo y afectados por la degradación de las tierras, y se revisaron más de 7000 estudios científicos.
Para enfrentar el cambio climático «el enfoque de interconexión entre el uso de la tierra y el clima es crítico«, asegura Inger Andersen, Directora Ejecutiva de ONU Medio Ambiente.
La preparación de este y otros dos informes especiales (sobre el impacto del cambio climático en el desarrollo y la reducción de la pobreza, y sobre los océanos y la criósfera) derivan de las decisiones adoptadas por el IPCC en 2016 teniendo en cuenta las propuestas de gobiernos y organizaciones observadoras.
Este informe aborda los flujos de gases de efecto invernadero en los ecosistemas terrestres, el uso de la tierra y la gestión sostenible de las tierras en relación a la adaptación y mitigación del cambio climático, la desertificación y la degradación de las tierras.
Cuando la tierra se degrada se hace menos productiva y se reduce su capacidad para absorber carbono, lo que influye en el cambio climático, que en retorno, contribuye más a su degradación.
En ese sentido, destaca cómo el clima está afectando la disponibilidad, el acceso, la nutrición y la estabilidad de los alimentos. «Veremos diferentes consecuencias en diferentes países, pero habrá un impacto más drástico en los países de bajos recursos en África, Asia y América Latina y el Caribe«, asegura Priyadarshi Shukla, una de las autoras del infrome.
Aunque es la publicación más reciente, y quizá una de las más esperadas, se trata de la cuarta evaluación científica de trascendencia mundial en los últimos dos años que subraya las repercusiones de la degradación de las tierras.
Desde el Informe Especial del IPCC sobre el Calentamiento Global de 1.5 °C (SR15), se ha publicado la Evaluación Temática de IPBES sobre la Degradación y Restauración de las Tierras, el Informe de Evaluación Global de IPBES sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos, y la Perspectiva Global sobre las Tierras (Global Land Outlook) elaborado por la Convención de Naciones Unidas de lucha contra la Desertificación (UNCCD).
En este caso, el esperado informe del IPCC proporciona una evaluación actualizada del estado del conocimiento a nivel global complementando los informes anteriores con la perspectiva de la interrelación con el cambio climático.
El flujo de consumo y producción globales producen un impacto en la calidad de las tierras que tiene un efecto en el clima, y la degradación de las tierras amenaza la supervivencia de miles de especies, destruyendo ecosistemas y provocando conflictos relacionados al uso de los recursos, que ponen en riesgo los medios de subsistencia y la capacidad para alimentar a la población mundial.
El Secretario Ejecutivo de la Convención de Naciones Unidas de lucha contra la Desertificación (UNCCD), Ibrahim Thiaw, emitió un comunicando en respuesta a este nuevo informe.
Durante 25 años, desde la entrada en vigor de la Convención, los 193 países Parte y las instituciones observadoras, sabemos que una mala gestión de las tierras es el principal impulsor del cambio climático, “pero nunca hemos reunido la voluntad política para actuar”, lamenta Thiaw en su declaración.
“No podemos evitar los peores estragos del cambio climático sin emprender acciones sobre la degradación de las tierras. Ya existen los conocimientos y las tecnologías para gestionar las tierras de manera sostenible, todo lo que necesitamos es la voluntad de utilizarlos”, agrega Thiaw, en un claro llamado a considerar los costos de la inacción.
La UNCCD ha elaborado un sólido marco de políticas para evitar la degradación de las tierras y recuperar las que se han vuelto prácticamente inutilizables.
En los últimos cuatro años, 122 de los 169 países afectados por la degradación de tierras, desertificación o sequías, han avanzado en ese marco con el objetivo de establecer metas para alcanzar la Neutralidad en la Degradación de las Tierras.
Esto demuestra que la preocupación, así como el compromiso político en torno a la degradación de las tierras, está aumentando; pero también las sequías –según el informe del IPCC – se volverán más fuertes, más frecuentes y más generalizadas.
Queda mucho por hacer. Más de dos mil millones de hectáreas de tierras están degradadas, por lo que resultan fundamentales las iniciativas para ayudar a la mitigación y adaptación utilizando para ello el suelo y la vegetación para reducir la vulnerabilidad de las comunidades y de los ecosistemas.
Este informe especial del IPCC es un aporte científico clave para que los representantes de los países Parte de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, que se reunirán en Septiembre para Decimocuarta Conferencia de las Partes (COP14) en Nueva Delhi, India), adopten medidas enérgicas y decisivas hacia la neutralidad en la degradación de las tierras.
Fuentes: ONU news, UNCCD